Fútbol, Barra y la Ley Seca

Imagen de Giero Saaski en unplash
El Fútbol de a Pie: La Pasión de los Campos de Pueblo
Estamos de sábado, y qué mejor día de la semana que este para retomar el tema de ayer y hablar del fútbol de a pie…Ese que no sale en la tele, pero que se vive con más pasión que una final del Mundial. El de los infantiles, alevines, juveniles… Esos campos de pueblo donde el césped es más de tierra que de verde y donde la grada no tiene asientos, pero sí una afición inquebrantable.

Aquí no hay VAR, pero hay VARra. Y la barra es sagrada. No solo porque el club saca con ella un dinerito extra para pagar camisetas, autobuses y balones nuevos, sino porque es el punto de reunión. El corazón del estadio. El oasis en medio del desierto futbolero.

Fútbol de Mañana y Tarde: Rituales, Celebraciones y Pasión en el Campo
Si el partido es a primera hora, las familias hacen su jugada maestra: fútbol y almuerzo, todo en el mismo pack. Un montadito, una cañita y ya está uno comido. Es un clásico. Como la chilena de Rivaldo o el "¡¿Pero qué hace?!" que grita un padre cada vez que su hijo falla un pase.

Pero cuando el partido es por la tarde, la cosa cambia. Ya no se trata solo de ver fútbol, se trata de compartir, de vivir la experiencia con los demás. Porque, seamos sinceros, socializar sin una copa en la mano y un paquete de pipas es como jugar sin portero: posible, pero arriesgado.

Y es que, como bien dice Bad Bunny: "Por la mañana, café; por la tarde, ron", porque el día tiene sus fases, y el fútbol también. Si en la mañana reina la concentración y el análisis, por la tarde manda la celebración, la charla animada y ese gin-tonic o roncito que convierte cada gol en un brindis. Al final, ver el fútbol es más que un partido, es un ritual.

El Fiel Seguidor Solitario: El Alma de la Barra
Aquí es donde entra en escena el fiel seguidor solitario. Ese que no tiene hijos en el equipo, ni sobrinos, ni primos… pero ahí está, cada fin de semana, con su abono anual, más fiel al club que algunos matrimonios. Lo que empezó como una visita ocasional a la barra se convirtió en una historia de amor digna de una telenovela. Primero venía por la caña, ahora viene por la alineación. Se sabe los nombres de todos, grita consejos desde la banda y, si el equipo gana, pide otra ronda, porque eso también hay que celebrarlo.

¿Sobrevivirá el Fútbol sin su Cerveza Ritual?
Y ahora llega la ley seca,  porque el Gobierno dice que se acabó el alcohol en eventos donde haya menores. Y claro, ¿qué es un partido de infantiles, alevines o juveniles? Un evento lleno de menores.

El fútbol modesto siempre ha sobrevivido a campos encharcados, árbitros con vista de topo y goles en propia puerta¿Pero sobrevivirá sin su cerveza de la media parte?

Esto es como querer freír patatas sin aceite. Y no me digas "pues en la air fryer", porque todos sabemos que no saben igual. O, quizás, como  un saque de esquina sin rematador.

 ¿Se quedará la barra solo con refrescos y café, condenando a los padres a un domingo de Coca-Colas tibias y botellines de agua?

¿Seguirán yendo esos fieles seguidores si no pueden pedir su cervecita ritual?

 ¿Qué pasará cuando haya victoria? ¿Se brindará con Aquarius, o peor… con Fuzetea?

 Yo solo digo que lo siguiente será prohibir las pipas… pero mientras eso llega, ¡podemos celebrar y beber mientras juegan los grandes!💣

Mi musa: uno de esos solitarios y mis amigas futboleras. ⚽


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