¡Gente! Ayer por fin salí a la calle. Mi intención era correr, pero después de dos semanas de lluvia y sin entrenar… mi modo principiante decidió que mejor no tentar a la suerte. Ya me veía con el susto en el cuerpo, el corazón a mil y un tobillo doblado, así que opté por salir a caminar. Y qué buena decisión.
Esto me recuerda una anécdota de una amiga que tuvo que mudarse al norte por trabajo. El primer día, sus compañeros la invitaron a tomar algo, pero ella se negó porque "estaba lloviendo". Al segundo día, lo mismo. Al tercero, uno de ellos le dijo:
—Si sigues esperando a que no llueva, no vas a salir nunca, porque aquí llueve siempre.
Y tenía razón. Pero en el sur es al revés: nos llueve y nos entra bajón, nos cambia el humor y nos volvemos "tontos" hasta para conducir (y sabes que es cierto, no lo niegues).
Pero volvamos al tema. Ayer mi zona parecía un festival. En mi recorrido de unos 3 km andando (más otro extra porque tuve que recoger unas cosas), vi a muchísima gente. Personas caminando, sacando a pasear a sus perros (¡ahora nadie tiene solo uno, mínimo dos o tres!), familias, niños en bici y… runners.
Y a todo esto, ¿a que no sabéis a quién vi? ¡A mi vecino! Pasó de largo, íbamos en la misma dirección. No le vi la cara, pero sí su trasera. 😂 No cambia: gorra negra, bermudas negras, chaqueta negra… y el dilema de la tarde: ¿brillaban más sus zapatillas verde flúor o sus piernas blanco perla destellante? Pero ahí estaba, como un verdadero runner, sin faltar a su sesión. Y aunque no le vi la cara, sé que estaba feliz. Como todas las personas que vi ayer. Porque el sol y el buen tiempo se notan, se hacen notar, como ese vecino que pone la música a tope un domingo por la mañana.
La lluvia es necesaria, sí, pero agria el carácter más que un yogur caducado. Y si tu día ya empieza mal, te lo termina de rematar como cuando te dejan en visto en una conversación de WhatsApp y no hay respuesta, pues igual.
Pero cuando sabes que hace sol, aunque tu día empiece torcido, haces lo imposible por enderezarlo. Como cuando metes tripa en una foto o te esfuerzas por sonreír en la boda de un primo al que apenas conoces. Es así. Y estos dos días de sol… han sido dos días de felicidad. 🌞✨ Hoy, en cambio... volvemos a ser grises. Vuelve la lluvia. 🌧️ Vuelve el humor regulero. 😞 Vuelve la pereza. ☁️
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